No me gusta que cuando te rompen el corazón tengas que ponerte canciones depresivas. Pero tampoco me gusta tener que ponerme canciones animadas y positivas "uuhh viva la vida" porque no estoy in the mood. Esto reduce el espectro de canciones a un género muy concreto que es el género dramaqueen/fuckyou.
Recuerdo el día que fui a mi primer sarao solo, y más ir, volví solo a casa. Enchufando el iPhone de camino a la parada de bus me sorprendió Cher con uno de sus himnos más tópicos: Strong Enough. Y me dio un subidón que solo duró lo que dura el tema, pero durante esos minutos, supe que podía con todo y que nadie ni nada podía conmigo. Que él estará mucho más bueno y será mucho más inteligente que yo, pero yo soy yo and they can't take away that from me.
Y me di cuenta del importantísimo valor que tienen las canciones, que durante esos minutos que duran te absorben y, honestamente, lo demás no importa, el dolor no existe y lo único que te queda es fuerza para comerte al mundo y a sus habitantes.
El lado oscuro de depender tanto de la música es que cuando terminan, se termina la euforia. Y te queda una sensación aún más dolorosa que antes de escuchar el tema. Como cuando te despiertas del mejor sueño del mundo y descubres que todo era mentira. Por eso mi recomendación es montarse una buena playlist. Que te dé fuerzas para seguir y confianza en tí mismo, ya sea con la maravillosa Stronger de Britney, con la agresiva y apoteósica The Way You Love Me de Keri Hilson o el ya clásico Fuck You de Cee Lo.
And was she worth it, was she worth it?
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