jueves, 26 de mayo de 2011

17

El otro día leía un twit que decía algo así como "la sinceridad no es decir todo lo que se piensa sino pensar todo lo que se va a decir" y si no era así me gustaría que fuese así.

Como una persona que ha vivido como le han dicho las cosas de la primera forma, se me ha herido por sitios que desconocía. Partes de mi que no sabía ni que existían han sido arrancadas y despedazadas. Pero como me digo a mí mismo (no dejo que nadie me consuele con las frases típicas), aquí sigo, de pie. Y si me pillas en buen día incluso esbozo una sonrisa.

En el fondo no tengo muchas cosas de las que quejarme actualmente. Sólo me falta una cosa verdaderamente y es el trabajo. Es una nueva etapa de mi vida, pero no voy a decir que es mejor ni peor que la anterior. No voy a presumir de que ahora me ven mejor o que escribo mejor, o que estoy más prolífico. No voy a presumir de nada porque a mi forma de avanzar en la vida, al respeto se le ha sumado la humildad. Diréis: pues vaya humildad si te estás quedando a gusto escribiendo aquí todo esto, pierdes la credibilidad. Tendríais razón, pero no le he dicho absolutamente a nadie que tenga este blog, así que no creo que lo lea mucha gente.

Dejar atrás el pasado, que para mí fue bonito, es duro. Pero lo sería mucho más duro con frases como "ahora sí soy feliz" o "ahora me felicitan más por mis remixes y críticas de discos". Aunque algunas de estas cosas pueden ser verdad, y me he llevado muchas sorpresas positivas, experiencias impagables que jamás contaré ni haré checkins ni tonterías de estas, me "alegra" saber que me sentiría fatal si pusiera eso. A fin de cuentas, resultará que no soy tan malo y que algo queda ahí...

Eso sí, tampoco me las daré de artista atormentado, porque no soy artista y porque el tormento es algo de lo que solo se sienten orgullosos los losers.

No hay comentarios:

Publicar un comentario