Sigo observando, tomando ejemplos de cómo no ser "in the open", después de que te dejen.
Me aterroriza convertirme en una persona que folla cada día con un mínimo de dos personas, que lo ve como algo normal y se cree que eso no repercutirá en su cabeza. Y vaya si lo hará. Eso va totalmente ligado a lo que comentaba el otro día de la vida 2.0 y la necesidad imperiosa de buscar cariño electrónico y público.
Una de las tantísimas cosas que he aprendido en este último año es que existen las verdades, las mentiras y las mentiras que crees que son verdades. Vivir sonriente un día, creyendo que, tras mil batallas, ser honesto siempre te llevará por el buen camino, y encontrarte al día siguiente con la bofetada, de la forma más dura posible.
De nuevo, otra ruptura muy, muy cercana ha tenido lugar y, cómo no, lo he vivido de cerca y me parte el corazón. Una de las parejas más cercanas y que más me quiero han terminado, y sé que en estos momentos no debería pensar en mí, pero en mis más profundos pensamientos me doy cuenta, tras conocer la historia, que todas, todas, todas las parejas se muestran cariño y respeto, incluso en los momentos más duros. Y siempre me partirá el alma saber que yo soy la única persona que conozco que fue dejada como quién deja un trabajo.
Sé que soy mejor persona, porque lo que tiene ser transparente es que no puedo engañar durante mucho tiempo y se me ve el plumero rápido. Se me ve venir, y eso me pasará factura en el futuro, porque no es lo que interesa en el mundo del ligoteo. La gente quiere tíos buenos que les traten mal, que pasen de ellos, que no llamen, que les metan puyas... Y una de las cosas favoritas que me llevo de mi ruptura es el par de cojones que me han quedado. Creo que he "heredado" algo que admiraba de mi ex: los ideales. Tener clara tu opinión sobre algo y no moverte. No ceder ante nada ni nadie. Exponer tus argumentos y estar dispuesto a dialogar, pero teniendo claro que no te vas a dejar ningunear. Que no haré nada en lo que no crea para complacer a nadie. Y lo mejor de todo: sin perder mi sonrisa, que para algo que le gusta a la gente no voy a echarlo a perder.
:)
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