Desde que este pasado enero me dejaron, he mantenido un silencio y un respeto que me sorprenden a mí mismo. Me sorprenden porque quién me conoce sabe que mala persona no soy, pero sí soy muy crío, egocéntrico, impaciente, todo lo quiero ya y no me puedo callar nada.
Que me dejen me ha hecho aprender muchas cosas. Como siempre digo, puedo tener la suerte de tener los mejores amigos del mundo, los que me abrazan y a la vez me dan una colleja por todo lo que he hecho mal y me merezco, que me dicen las cosas por su nombre demostrando así que les importo de verdad y no diciéndome lo que quiero escuchar, sino precisamente lo que no quiero escuchar.
He aprendido lo que es el amor. El amor es querer a alguien incluso en los peores momentos. Cuando te dicen lo peor que se te puede decir, cuando se te trata peor de como se te puede tratar, y encontrarte tirado en el suelo, sin que se preocupen por ti, y seguir queriéndole. En teoría lo fácil sería poder tener un botón y decir "cuando el otro la cague, hago click y dejo de quererle". Para algunos funciona, para mí no.
Pero todo es un proceso. En un capítulo de Fringe un personaje que lee la mente vive recluido y le dice a Olivia Dunham "nunca deberíamos saber lo que realmente piensan los demás" y tiene tanta razón que no se puede ni empezar a discutir.
Lamentablemente, cada mañana me levanto con mil puñaladas escritas de forma totalmente pública. No me duele tanto porque sean públicas - que sí, no nos engañemos - sino por el hecho de que me las tenga que encontrar cada día. Y cada día, un poquito más que el anterior. Que los demás las aplaudan no me importa, la gente no entiende esos dardos envenenados porque están perfectamente adornados y disimulados para que sólo yo los comprenda y ellos sólo ven palabras, palabras muy pero muy bien escritas.
Yo no escribo bien. La única opción que me queda sería contar directamente mis sentimientos, pero tampoco creo que sea el sitio y sobretodo creo que os aburriría demasiado. Pero sí, me apetece poder escribir estas cuatro palabras mal puestas y dejar claro que cada día que me encuentro una entrada de blog que habla de mí sin hablar de mí me duele. Porque, tristemente, soy el único que conoce cierta palabra que empieza por R y que cantaba Aretha Franklin.
I hate to turn up out of the blue uninvited
But I couldn't stay away I couldn't fight it.
I'd hoped you'd see my face & that you'd be reminded
That for me it isn't over yet.
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